‘No es porque sea nuestra historia, pero sin duda es una que te hace creer en el destino. Somos Laura y Volty, que es como lo conoce todo el mundo. Yo soy de Paramo del Sil, un pueblecito en León y él es de Badajoz. Estudiamos juntos Caminos en Madrid, pero no fue hasta el último día en la presentación del proyecto fin de carrera que nos conocimos y nos volvimos inseparables. Después de un año de interminables conversaciones por teléfono, decidimos dar el paso y empezar nuestra aventura juntos hace ya 8 años. 8 años donde hemos crecido juntos en otro país, profesional y laboralmente, donde hemos conocido a amigos que son imprescindibles y donde no hemos parado de viajar. El 18 de noviembre de 2019, Volty me pidió matrimonio en el Taj Mahal y desde entonces no paramos de imaginar nuestra boda. Aún recuerdo en el aeropuerto de Dubai haciendo escala de vuelta hacer un croquis con todo lo que nos gustaría en nuestro día’. Así nos empezaba a contar Laura su auténtica boda heartmade.
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Una celebración, como tantas otras, que debido a la pandemia tuvo que retrasar sus planes. ‘Nosotros somos una pareja más que retraso su boda por el Covid, la primera fecha estaba prevista para el 3 de octubre de 2020, pero después de la locura de año no nos quedaba otra fecha libre más que el conocido 11S. Ha sido un año de locos, ya que nosotros estábamos viviendo en Nottingham (UK) desde hace 7 años, y justo decidimos mudarnos a España a finales de julio, 1 mes antes de la boda!! Todavía sin hacer la prueba del menú, vestido sin terminar etc etc’
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Para su gran día, Laura tenía clara la idea del vestido de novia: manga larga y líneas rectas. Diego Estrada dio en el clavo con un vestido de tweed inspirado a un diseño de Chanel del año 1993. ‘Quería un vestido elegante y atemporal, que me viese igual de guapa dentro de 20 años’, comenta la novia y lo consiguió. Los zapatos eran un modelo antiguo de Aquazzura comprados en Bicester Billage de Oxford, los pendientes una edición limitada de Aristocrazy y del look beauty confió en Couplé Estilistas. Del ramo de novia se encargaron Ai!Carmiña, con un diseño silvestre y desenfadado en recuerdo a Inglaterra. ‘Quería algo natural como si lo hubiese recogido esa mañana’.
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El traje del novio lo hizo la sastrería Jajoan, combinado con corbata de Scalpers, y los zapatos son de la marca inglesa Barker, comprado en una tienda de Oxford Street en Londres. Los gemelos de Cartier son un regalo de la novia por su cumpleaños y el reloj Carrera Calibre 5 de Tag Heuer fue un regalo sorpresa de su futura mujer.
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La ceremonia se celebró en la Iglesia de Santa Catalina en San Miguel de Langre. ‘Es el pueblo de mi padre y le tenemos un cariño muy especial ya que mi padre y mi abuelo ayudaron con su restauración’, comenta la novia. Más tarde, novios e invitados se trasladaron al Monasterio de San Andrés, un monasterio abandonado en el Bierzo, para degustar las delicias de Propon Catering en un patio interior decorado al detalle por la wedding planner The Love Forest junto con Alhoja Floristas, los manteles vichy de A de Lola y los marcasitios de Inkgrid Letters. Aunque, ‘lo mejor estaba por llegar al caer la noche, ya que la iluminación era un espectáculo a cargo de Millan Pro’
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El detalle para los invitados fueron un ramito de flores secas y un set de mermeladas gourmet a cargo de Cortijo Sarteneja, y para las amigas de la novia, un joyero de viaje y un collar de OuiPetit. Para animar a los invitados contaron con el grupo gallego Pablo Balseiro durante el cóctel y ‘luego ya el fiestón de nuestra vida con Amazing Deejays. Gracias por hacernos creer que estábamos en Ibiza’
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Un gran día donde los novios lo vivieron intensamente, saboreando cada uno de los momentos y exprimiendo al máximo como ellos mimos describen ‘el mejor día de nuestra vida hasta la fecha’. Prueba de ello son las fotografías de Bodayarte y el vídeo de Eleven Moments.
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