Para el gran día, todo estaba preparado y gracias al apoyo de toda la familia el jardín leonés lucia espectacular.
Como complementos, un chal de tul de seda junto a varias joyas familiares: unos pendientes regalo de sus abuelos maternos, una pulsera prestada por su suegra y un reloj antiquísimo regalo de su padre a su abuela paterna. Junto a ellos lucía con sutileza el ramo confeccionado con flores silvestres y semillas por Mamen Sabadell Floristas
El novio decidió apostar por un traje poco convencional muy acorde con su estilo, de Zadig & Voltaire con ribetes de cuero, camisa blanca y corbata azul a juego con los zapatos de la novia (y que fue una sorpresa para él). El detalle más especial a su look fue el bordado del chaleco con una calavera en la espalda, hecho a medida especialmente para él. ¡bravo por los novios que arriesgan!
Tras una emotiva ceremonia y la tradición del “cantar la rosca” los novios e invitados se trasladaron al Cigarral de Cembranos donde tuvo el lugar el banquete al que tras los postres, obsequiaron a sus invitados con una botella de vino Peique, del Bierzo y tierra de los novios y para ellas, un bonito broche muy originales y cada uno distinto.
Después de la cena, los brindis, algunos regalitos sorpresa de los amigos, llegó el momento de abrir el baile, del que los novios, más allá del clásico vals, decidieron bailar un tango, presagio de una noche llena de alegría y jarana que algunos continuaron hasta el amanecer.
Y es que no cabe duda, que en esta boda fue una gran experiencia para todos los participantes, un gran día y gran noche, que quedará para el recuerdo gracias a las fotografías que os mostramos hoy y que esperamos que os encanten.
Besos de confetti*