‘Ella le define como divertido, buena persona, entregado y sensible. Él como una persona alegre, transparente, fuerte y elegante. Y yo, sin tener que definirlos, vi desde el primer momento que estaban hechos el uno para el otro’
Una casa familiar en la Costa Brava fue el lugar elegido por esta pareja de empresarios amantes del mediterráneo.
Para su gran día Aridana eligió en primer lugar un maravilloso vestido de Valentino con una lazada en la espalda, pendientes Infinity by Victoria, unas sandalias YSL, un anillo de pedida de la Joyería Pere Quera 1887 ideal y un look beauty muy natural realizado por Irene Pangusión para Salón Toro.
Luis por su parte optó por un traje de Avellaneda, zapatos de Stubbs and Wootton, un reloj de Hublot Big Bang regalo de la familia de la novia y un pañuelo de Avellaneda con estampado de langosta y una historia muy peculiar de fidelidad que el novio añadió en sus votos. ¿Y qué simboliza? Es más fiel de todo el reino animal. Y es un amor binario, cuando encuentra a su pareja, el amor se hace recíproco. Y no hay más ojos que el uno para el otro.
Arianda entró del brazo de su hermano vestido de Etro by Santa Eulalida presididos por un cortejo de pajes de Nanos con coronitas de Moncollier.
El cóctel, almuerzo y recena servida por Jubany Eventos se celebró en el mismo jardín de la casa familiar decorado con flores de Quiosco de las Flores y donde los novios accedieron con mucho ritmo al son de Voy de Miéveloreina e incluso la novia se animó a unirse al dúo que amenizaba la velada y cantar 4 canciones en directo.
Más tardes Ariadna cambió su look y eligió un vestido de Nanushka al que añadió una maxi corona de Verbena Madrid.
Y allí empezó la gran fiesta y las sorpresas con una barra libre de tatuajes con el tatuador Ángel Zapata -al que la propia novia no dudó en pasar-, fuegos artificiales y una performance de la serie La Casa de Papel hecha por sus hermanos y amigos cercanos todos con pistolas, disfraces y billetes. Un puntazo.
Un día que aglutinó momentos divertidísimos para convertirse en un auténtico fiestón y que Leo Croma se encargó de inmortalizar en unas instantáneas que hablan por sí solas y que reflejan la complicidad y la felicidad de los novios.