Hay imágenes que, cuando llegan a nuestro buzón, sabemos que guardan un aura especial. Y así ocurrió con la celebración de la pedida de mano de Nerea y Aingeru: un encuentro íntimo y familiar en el corazón del Valle de Ayala, donde lo natural y lo cuidado se unieron para dar forma a un gran recuerdo.
Nerea, alma creativa detrás de Bodas Muy Mías, diseñó para la ocasión su propio vestido. Una pieza confeccionada en lino color marfil con detalles de encaje crudo, que conjugaba sencillez y sofisticación a partes iguales. Lo acompañó con unas alpargatas de Castañer y un sombrero pintado a mano de Romualda, logrando un look desenfadado, natural y lleno de personalidad.
La celebración tuvo lugar en un enclave campestre y muy auténtico: “donde crecen los tomates y cantan las gallinas”. Allí, cada detalle fue pensado con mimo. Las flores de Media Lima Floral Design aportaron frescura y color, la papelería artesanal de Mentha × Piperita sumó delicadeza, y los bordados de Caoba & Mimosa en las servilletas pusieron ese guiño a la artesanía que tanto nos gusta.
En torno a la mesa, la familia disfrutó de un banquete cercano y delicioso: quesos, encurtidos, varios tipos de arroces y, como broche de oro, el mítico tiramisú de la madrina, que añadió ese sabor de hogar capaz de emocionar a todos.
La sensibilidad de Más que momentos quedó patente en cada instantánea, capturando con naturalidad las risas, la complicidad y la esencia de una jornada que permanecerá en la memoria de todos.
Una pedida de mano que confirma que cuando se celebra con amor, cuidado y autenticidad, el resultado no puede ser otro que un recuerdo inolvidable. Y si la pedida ya fue así de especial, estamos seguras de que la boda promete ser absolutamente mágica.
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