Johanna Ortiz ha presentado una colección de vestidos para las invitadas de otoño e invierno que ha sorprendido por su originalidad y audacia. Saliendo de su zona de confort, ha abandonado los lujosos showrooms a los que nos tiene acostumbrados y ha escogido un lugar lleno de historia: el Collège des Bernardins, un edificio gótico del siglo XIII que fue un colegio cisterciense de la Universidad de París.
En cuanto a su colección, la diseñadora ha querido transmitir la sensación de fluidez y comodidad en cada una de sus piezas. Ha apostado por bordados artesanales y atrevidos estampados de amapolas rojas, mientras que las siluetas de sus vestidos largos han mantenido una estética ligera. La diseñadora colombiana ha añadido toques versátiles, como paneles que se transforman en capas, lazos ceñidos a la cadera, mangas desmontables, flecos y detalles fruncidos que aportan movimiento y dinamismo. “Un vestido debe ser usado y vivido en más de una ocasión”, ha señalado.
Sus diseños han sido creados para realzar la belleza de todas las mujeres, transmitiendo una sensualidad alegre y grácil. “Para mí, se trata de celebrar la alegría de ser mujer,” ha dicho Ortiz. “Todos los cuerpos son hermosos, y quiero que las mujeres se sientan hermosas con lo que diseño.”
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