Desde siempre los perfumes han jugado un papel muy importante a la hora de mostrar la personalidad y por supuesto, su poder de seducción. Se trata de una maravillosa alquimia de aceites esenciales, alcoholes y fijadores que dan un toque personal inigualable a quien los lleva. Por eso es importante conocer cómo elegir un perfume y cuál es la fragancia ideal para cada tipo de piel.
Hace ya unos meses estuvimos junto a Esperanza Pintado, perfumista del Grupo Shisheido, en una de sus magistrales catas olfativas para explicarnos que ‘un perfume no es jamás una receta de cocina. Sus ingredientes son una emoción, más un deseo, más una historia que contar. Y detrás de todo ello hay alma, vida y más emoción. Esta última palabra es la clave de todo, para que un perfume perdure en el tiempo, debe tener mucha emoción y, por supuesto, una historia que contar’.
Cada momento, un perfume
Cada perfume es único y es un aliado para cada tipo de situación, para acompañarte en los momentos más importantes de tu vida. Juega, experimenta e investiga hasta encontrar los diferentes perfumes para diferentes instantes. Es importante que el carácter de la fragancia te traslade a un mundo de evocación de las emociones que deseas conseguir. ¿Quieres una fragancia sensual y seductora para esa última noche de solteros? ¿Una más alegre y divertida para tu despedida? ¿O prefieres un perfume más romántico y especial para el día de tu boda?
Paciencia y encuentra tu propia esencia
Lo primero que hay que hacer es elegir tu propia esencia, y nunca elegir un perfume según cómo huele en otra persona ya que un mismo perfume puede oler diferente según el olor base de piel de cada persona. Y en segundo lugar, hay que tener paciencia y no hay que dejarse guiar por la primera impresión olfativa. Los perfumes tienen tres fases: la primera que dura tan sólo 15 minutos, una fase central de 40 minuto y finalmente una última donde el aroma será el que perdurará y el que sin duda, nos debe conquistar.
Familias olfativas
Otra de las cuestiones importantes a la hora de elegir la fragancia perfecta es conocer las distintas familias olfativas, todas ellas ligadas a los aromas de la naturaleza y aquí nuestras favoritas:
- Los perfumes cítricos se caracterizan por sus notas altas provenientes de cáscaras de frutos cítricos como la bergamota, el limón, la naranja, la mandarina o el pomelo. Suelen ser fragancias suaves y frescas, con un toque ácido. ¿Una recomendación para este tipo? Las aguas de colonia tradicionales.
- Las fragancias florales son las más populares y las más extensas de todas las familias. Se basan principalmente en tres flores icónicas como la rosa, el jazmín y el neroli. El perfume Gucci Bloom es sin duda uno de los más emblemáticos.
- Por otro lado, la familia amaderada engloba los perfumes en los que su nota predominante es la madera a través de sus raíces, cortezas, resinas e incluso musgo y piñas. El olor de sándalo, patchouli o cedro es básico en este tipos de fragancias como La Vie est Belle de Lancome.
- De los olores orientales destacamos el clavo, la pimienta y la regaliz. Olores intensos y sabores de oriente. Suelen ser perfumes muy duraderos en la piel y perfectos para las estaciones más frías del año.
- Y por último, las fragancias de Chipre se basan en el contraste de olores frutales y de madera. Una combinación explosiva que la podemos encontrar en Chanel nº19.
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