Sería yo

Sería yo si escogiera un vestido sencillo pero romántico con
un punto diferente que se moviera a mi compás como cuando era niña y giraba
sobre mí misma.

Sería yo si me recogiera el pelo en una coleta, como cada día, para luego soltármelo y darlo todo en el baile con mis amigos mientras recordamos viejos tiempos y coreamos esas canciones que nos acompañaron las mejores noches de verano. Eso sí, que nunca falte mi eyeliner marcado, por favor.

Sería yo si lo celebrara con los de siempre, aquéllos que me
acompañan en el camino y que saben qué es aquello que me remueve el corazón.

Sería yo si la ceremonia estuviese plagada de nuestros
momentos, de contar nuestra historia, de revivir los mejores instantes para
recordar por qué queremos seguir juntos el camino. Y, por supuesto, con el pañuelo bien cerca.

Sería yo si me calzara unos zapatos de tacón para luego quitármelos desesperadamente en el momento del baile porque aunque los tacones no sean mi fuerte, en las ocasiones especiales el zapato plano no va conmigo.

Sería yo si nuestras canciones especiales nos acompañaran para
el gran día, quizás nunca entrarían en el top 10 de ninguna playlist de moda, pero son
las que hacen que sonriamos sólo con oír los primeros acordes.

Sería yo si no dejara los detalles al azar, si cuidara la
decoración como quien cuida el envoltorio de un regalo hecho con ilusión. Y flores, no faltarían muchas flores y verde, que me recuerdan al patio de la abuela.

Sería yo si el menú tuviese un punto diferente y gastro, que
demostrara mi alma cocinitas que tanto me gustaría explotar si tuviese tiempo. En nuestra siguiente vida nos pedimos ser cocineras. 🙂

Sería yo si recordara aquéllos que ya no están de una forma
discreta, muy mía, un pequeño homenaje particular para decirles que aunque no
lo diga, siempre pienso en ellos.