Esta antigua casa indiana de labranza construida entre 1890 y 1914 en Chenlo, una pequeña aldea de las Rías Baixas, es la prueba de que los espacios los ilumina la gente que los habita, los recuerdos, el amor.
El primer dueño, viajaba constantemente a Brasil, de donde traía inspiración y otra visión sobre el modo de vivir. La casa rezuma este tránsito atlántico, un eco de vidas pasadas, de personas que han soñado y amado allí. Hemos querido crear una ambientación cuidada, manteniendo la sencillez de preparar cada detalle de ese día a mano, con todo el cariño posible. En armonía con la casa, con sus recuerdos y marcas del paso del tiempo. Porque a veces olvidamos la importancia de las cosas más simples del día a día y de las que llevan acompañándonos siempre: la fruta, el fuego, los pies descalzos sobre la madera…
La decoración está inspirada en ese pasado indiano, objetos singulares con mucha historia. El barro, el verde, el gusto de beber en la misma copa que usaron tus antepasados para brindar por su felicidad. Una conexión con nuestro pasado, siempre presente, y con lo natural, en un entorno donde todo se funde dando importancia a las marcas que la vida impresa en los objetos en forma de muescas y achaques. La belleza de lo imperfecto.
Fotografía y vídeo: Yolavi | Diseño y organización: Casadeira, Queridiña | Modelos: Beatriz Cabaleiro y Antía Vázquez | Vestidos: Sara Lage | Calzado: Elena Ferro | Localización: Entre el Gyngo y el Mandarino | Decoración floral: Florearte | MUAH: The Imperfect Wedding | Dulces: Ms. Robinson | Papelería: Andrea Area Estudio Creativo | Lencería: Javier Quintela Atelier en colaboración con Las Flores de Greta | Complementos: Lucía Be | Joyas: Lume.soy | Alfombras: Anticuana | Música: Andrea Santiago