Serenidad, elegancia y magia tienen cabida en la Masía Rosàs, una señorial finca del siglo XII a solo diez minutos de Barcelona que ha sido testigo de algunas de las mejores bodas y fiestas del amor, entre ellas, la de Alejandra y Pepu.
No hay rincón que pase desapercibido desde los salones interiores decorados con mobiliario de la época hasta el majestuoso Jardín Inglés pasando por la exuberante Alameda, todos los espacio combinan belleza y funcionalidad para acoger los acontecimientos más mágicos y exclusivos.
Hace unas semanas celebraron el 30 aniversario con un evento colaborativo ‘Una boda bajo las estrellas’ que reunió a wedding planners de la zona y a un buen número de profesionales del sector de las bodas. ’30 años de historias y desarrollo constante de la Masía para siempre adaptarse de la mejor manera a las necesidades de cada momento y ser el espacio soñado para todos los novios’
En el evento participaron una selección de las mejores empresas de cada uno de los ámbitos del mundo wedding y de los eventos, así como floristas, responsables del catering, empresas de material y decoración, fotógrafos o técnicos de iluminación y sonido, entre otros.
Josep Rosàs, propietario de la Masía, dio la bienvenida a todos los asistentes en la Alameda bajo un impresionante arco floral decorado a la perfección por Singular Envit con material de Crimons.
Posteriormente, los invitados cruzaron la maravillosa era para llegar hasta la pérgola donde se reveló una de las grandes novedades de la Masía: las lucecitas que nacen del suelo y crean un cielo estrellado en el mismo porche, convirtiendo este espacio en uno de los más románticos de la Masía.
Y allí con una decoración por Nuovi Piatti una propuesta de buffets diferentes les esperaba con chuletón a cargo del catering Aspic, globos de helio cocinados por 21 de Marzo, Airolo con un delicioso pulpo a la brasa, un tartar de salmón por Mercès y unos bowls muy saludables a cargo de Esther Conde. Y para terminar el evento con un toque dulce sorprendieron con un showcooking de postres irresistibles de la mano de Sibaris, despidiendo la velada por todo lo alto con una iluminación de infarto por Alex Permanyer, alumbrando cada árbol desde su base para crear un escenario que dejó a los invitados boquiabiertos.
Una noche genial en la Masía Rosàs que los invitados pudieron inmortalizar con un divertido photocall de Symbox y nosotros tenemos una muestra de ello gracias a las fotografías de Diana Segura.