Conocemos a Noemí desde hace un par de años, justo el tiempo en el que empezaba a preparar su gran boda y muchos nervios e ilusión recorrían su cuerpo. Ella es el alma mater de Alblanc, un atelier con sensibillidad floral en el que cada rincón es belleza en estado puro, y sabíamos que su auténtica boda heartmade tendría ese je ne sais quais especial y un carácter íntimo y único.
A pocos días de cumplir un año de casada se ha animado a compartir un pedacito de su recuerdos con nosotras y no podemos estar más felices.
En cuanto a los complementos optó por un look beauty muy natural, unos maxi pendientes dorados y unas sandalias acordonadas de color pastel.
La novia es una enamorada de las flores y fue incapaz de escoger una flor para su ramo. Por ello lució una composición de hojas de prunus de color morado sin flores, reservándolas para otro momento.
Cristian por su parte optó por un traje chaqueta azul oscuro de Scalpers muy elegante.
Los novios junto a sus testigos se vistieron en un casa de estilo provenzal en Olot (Girona) y todos juntos se dirigieron hacia Les Cols, un lugar mágico en medio de la naturaleza que combina a perfección la tradición con la modernidad.
El espacio de la ceremonia se situaba delante de la casa familiar del restaurante, una masía tradicional catalana que se unía a la intimidad del paisaje. Allí disfrutaron de momentos y discursos cargados de emoción con The wedding man como oficiante de ceremonia.
El convite fue en La Carpa, una obra de los arquitectos RCR premio Pritzer de Arquitectura 2017. Sin duda un espacio muy singular situado bajo un bosque en el que todo el mobiliario es transparente y que pretende recordar ‘el poder comer al aire libre en familia y rodeados de naturaleza’.
En cuanto a la decoración de este escenario, ‘quisimos evocar la esencialidad de las flores. Recrear un campo florecido sobre las mesas como si estuvieran flotando’ nos cuenta la novia. Una maravilla conceptual con mobiliario de Options donde las flores acaparaban el protagonismo y la música cobraba vida. Así los novios entraron al son de El vals de las flores de Tchaikovsky e interpretaron cada momento de la boda como si fuera un acto diferente de una ópera.
No pudieron elegir mejor día. El 23 de junio es la verbena de Sant Joan, una noche muy mágica y especial en todo el mediterráneo y colocaron braseros con leña y fuego para que novios e invitados pudieran celebrarlo a lo grande y quemar los buenos deseos.
Como regalo para las invitados, las chicas se llevaron flores. ‘Como fui incapaz de escoger una flor para mi ramo, todas las que consideré, las colocamos en una gran mesa a la entrada del banquete a modo de recibidor. Porque las flore me dan felicidad y eso es lo que queríamos regalar, nuestra felicidad’
Un magnífico día organizado por La Blanche Weddings y que Marta Guillén inmortalizó para que cada instante de felicidad quedara para el recuerdo de muchos y que gracias a ello y al amor de Noemí y Cristian podemos disfrutar en primicia en el blog.