Probablemente el verano, junto con la primavera, son nuestras estaciones preferidas. El sol y con él, la llegada del buen tiempo, nos llena de energía para aprovechar al máximo los días y nada nos gusta más que ir a ver un atardecer con nuestro querido Mediterráneo de fondo. Un momento para desconectar, relajarnos y simplemente disfrutar, que para eso hemos venido.
Y para seguir soñando siempre imaginamos cómo sería jurar amor eterno frente al mar con una novia mediterránea tremendamente sencilla y con los pies descalzos. Una novia sensual, con transparencias y aplicaciones delicadas con algo de color. Una novia con un vestido que le permita andar, saltar y bailar sin estar pendiente de su atrezzo. Una novia con el pelo suelto, un recogido messy o una corona de flores, por qué no. Una novia feliz, de alma libre y de sonrisa contagiosa. Una novia que le guste la mezcla, que le guste lo natural y si es salvaje y silvestre, mucho mejor. Y por supuesto, una novia fiel a su estilo y también a los latidos de su corazón. Una novia como la que nos enamoró en la editorial novias de acuarela. Una auténtica novia heartmade.
Una novia que disfruta de los pequeños detalles y de los grandes momentos. Una novia que brinda en la playa con un vino fresco como la brisa y brillante como el sol. Una novia chic que elige una botella en forma de gota evocando la delicadeza y la frescura de toda quiragra. Una novia de contrastes, de aromas florales en nariz y de toques de acidez en boca. Una novia dispuesta a vivir emociones y sensaciones que inspiran las olas del mar. Una novia femenina y elegante fascinada por el color esmeralda de la esencia mediterránea. Una novia que saborea cada sorbo de la vida con Viña Esmeralda de Bodegas Torres. Y en definitiva, una novia que sabe lo que hace. 🙂
Y tú,
¿serías una novia
mediterranean chic?
mediterranean chic?