El esperado desfile de Pronovias en la Barcelona Bridal Fashion Week ha superado todas las expectativas este año. Celebrando su 60 aniversario, la emblemática firma nupcial española prometió revolucionar el concepto que el público tenía de ella, y así lo hizo. Bajo el lema ‘It’s not about wedding dresses. It’s about art’, la pasarela desplegada en el Museo Nacional de Arte de Cataluña presentó una colección que marca el inicio de una nueva era. Y allí estuvimos nosotras para disfrutarlo.
Adiós a los tradicionales vestidos de novia estilo princesa, Pronovias ahora se dirige a una mujer cosmopolita y moderna, que sigue las tendencias y adora incorporar toques diferentes en su look nupcial. Sin embargo, han dejado en claro que eso no significa renunciar a su esencia ni dejar de lado a las novias más clásicas. En esta colección, los nuevos minivestidos cañeros, los detalles arquitectónicos, los grandes volúmenes, los pantalones y los accesorios negros a contraste conviven con opciones más minimalistas y románticas.
El equipo de diseño de la marca ha creado un verdadero espectáculo de arte, presente tanto en la colección de piezas como en los vestidos de novia que desfilaban por el museo. Los encajes y los vestidos de princesa han dejado paso a trajes minimalistas con detalles especiales como volúmenes, transparencias, bordados, botones de porcelana o flores en 3D, todos incorporados en diseños en blanco impoluto que dejaron sin palabras a los asistentes.
Siguiendo la tendencia de la moda, Pronovias jugó con la arquitectura en sus nuevos vestidos de novia, presentando escotes voladores, cuellos esculturales y formas nunca antes vistas. Con una fluidez en los movimientos y una sensación de segunda piel, los vestidos se apoyaron en la introducción de nuevos tejidos como los materiales de rejilla, plumetis, telas con textura y gasas traslúcidas.
El minivestido ganó protagonismo frente al vestido largo, ofreciendo una variedad de formas y estilos para las novias contemporáneas. Los trajes nupciales cortos se abrieron paso en el desfile con la intención de convertirse en el segundo look nupcial para el gran día, manteniendo la sobriedad que impone el ‘dress code’ pero cautivando a una novia atrevida.
Los complementos también jugaron un papel importante en el desfile de Pronovias, con zapatos de tacón sensato y medias tupidas teñidas de negro para contrastar con el blanco inmaculado de los trajes. Desde corsés con faldas de tul en rosa empolvado hasta bordados joya con pedrería y mangas XXL decoradas con pétalos, la colección ofreció una infinidad de recursos para demostrar que tras 60 años liderando el sector nupcial, Pronovias sigue siendo una marca innovadora y vanguardista con el sello de Barcelona.
