Enero y Julio son dos fechas claves para las amantes de las pasarelas, y para París. Es cuando se celebra la semana de la Alta Costura y la ciudad se llena de glamour, arte y savoir faire. Y a nosotras qué decir que nos encanta.
En nuestro Instagram -donde os animamos a seguirnos para que no os perdáis nada- no nos hemos podido resistir y ya hemos compartido alguna pincelada de su magia pero hoy en el blog queremos dedicarle toda la atención y pasión que creemos que se merece. Porque la haute couture es otro mundo y sobre todo Chanel.
Tras la muerte de Karl Lagerfeld hace casi un año, Virginie Viard cogió las riendas de la Maison para trasladarnos en esta ocasión a la más pura infancia de Coco en el orfanato de Aubazine después de morir su madre, una abadía situada en el corazón de Francia.
El Grand Palais parisino lucía precioso para presentar la sensibilidad de esa etapa traducida en cuellos de algodón o piqué, vestidos camiseros de tweed, trajes chaqueta, botones joya, abrigos de guipur con cinturones trenzados, velos midi con aplicaciones con ese toque ‘y algo azul’ y la apuesta del clásico binomio blanco y negro.
Unas novias con toques victorianos que estamos deseando que lleguen a conquistar nuestras auténticas bodas heartmade.