Érase una vez 2 cucharas de madera que vivían aburridas en unos cajones de cocina una en Boston y otra en California (o pongamos que en Barcelona y un pueblecito de Teruel) hasta que un día sus vidas cambiaron para siempre…..
¡Habían sido invitadas como un elemento indispensable en TC3D, un evento tan chulo que ya os contábamos AQUÍ, AQUÍ, AQUÍ y AQUÍ!
De todo el reino de los utensilios de cocina ellas fueron las privilegiadas y la verdad es que tenedor de palo y espátula valeparatodo se estaban poniendo color madera oscuro de envidia.
De todo el reino de los utensilios de cocina ellas fueron las privilegiadas y la verdad es que tenedor de palo y espátula valeparatodo se estaban poniendo color madera oscuro de envidia.
Esa noche no pudieron casi dormir por los nervios y la emoción (o quizás fuese por el hecho de ir incrustadas junto a un bañador y otros elementos que se irán desvelando en próximos post) pero al llegar a Valencia sintieron realmente que eran testigos de un momento único en el mundo bodil.
Su estancia no fue en un castillo sino en un sitio mucho mejor (no sabéis lo mal que sienta la humedad a las cucharas de madera) un alojamiento con encanto en Valencia, el Hotel Solvasa, ubicado en una antigua harinera muy cerca del puerto marítimo y de la ciudad de las Artes y las Ciencias.
Desde las profundidades de la maleta las pequeñas cucharas de madera pudieron oír a sus compañeras así como a las propietarias de ellas, embargadas por la emoción cuando vieron el lugar dónde hospedarse.
Y allí estaba el director del Hotel, Manuel, un hombre atentísimo que hizo del hotel una estancia ¡casi, casi como en casa!
Como buen anfitrión, enseñó a todas las dueñas de las cucharas de madera las preciosas estancias que componen el hotel mientras twitteban como locas (había que aprovechar el wifi gratuito).
¿Cuál era una de las mejores cosas del hotel?
Pues las Confetti les contaron a sus cucharas que, sin duda alguna, el salón para banquetes en el que caben hasta 400 personas ¡sin un pilar en todo el espacio! era uno de los puntos fuertes del hotel.
Pues las Confetti les contaron a sus cucharas que, sin duda alguna, el salón para banquetes en el que caben hasta 400 personas ¡sin un pilar en todo el espacio! era uno de los puntos fuertes del hotel.
Por fin, las cucharas pudieron salir de su escondite cuando las hermanas Confetti se instalaron en su habitación y allí conocieron los “Sweet Welcome pack” cortesía de la Candy Bar.
Poco después, cucharas de palo fueron acomodadas en unas nuevas bolsas preparadas por las organizadoras. En esos momentos estaban muy nerviosas puesto que aún no sabían cuál era su cometido en TC3D. Eso sí, se convencieron de que sería algo grande cuando vieron unas súper limusinas (una normal y una hammer) de la mano de Merche coches de lujo que las iban a trasladar junto a sus dueñas.
¡una experiencia que ni prettycuchara de plata!
Finalmente llegó el momento cumbre para nuestras queridas cucharas, y aunque se habían enterado en ese momento que su invitación no había sido más que una broma de las organizadoras para marearlas un poco, participaron en una guerra de cucharas histórica, que ya hubiera querido para sí más de una espada creída. 😉
Y colorín colorado,
el cuento de las cucharas de madera
se ha acabado.
se ha acabado.
Pero no TC3D, pronto más detalles.
🙂
Besos de confetti*
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Que genial el evento…que habia que hacer para participar???
Muy chulo el post de las cucharas… que felices que fueron ese fin de semana, verdad??? jejeje, muaaaaaa
Me he reído mucho, menudas cucharas más viajeras y afortunadas de participar en un evento así!
besos