En cuanto a su look, Cindy tuvo muy claro y apostó por la diseñadora lucense Sara Lage. Para ella confeccionó un vestido de tejido trabajado en bordado con un espectacular escote en la espalda. Como joyas un collar en la espalda con la inicial J en honor al novio, pendientes y anillo a juego diseñados por la novia y realizados por Joyería Salamanca de A Coruña. A sus pies, unos Salo Madrid y como detalle especial, una diadema con la que consiguió dar un twist muy acertado como novia de pelo corto.
El lugar escogido para la celebración, un antiguo aserradero marcó la temática de la boda, aún mejor cuando el padre y el abuelo del novio son carpinteros. Así que la madera fue la clara protagonista entremezclada entre alfombras étnicas, pampas y verde. Mucho verde.
Tras una ceremonia muy emotiva celebrada por Luz Verde, llegó el momento del aperitivo con música en directo de los Versionettes para luego dar paso al banquete lleno de alegría y diversión. Durante el postre repartieron los regalos para los invitados y como no querían obsequiarles con nada material, se les ocurrió hacerles una postal con fotos de la pareja y una dedicatoria, un trabajo arduo pero que los invitados agradecieron de forma especial.
Como broche final para despedir a los invitados, y mientras degustaban los cócteles de la Coctelería de Andrés Quintela, los novios cantaron a dúo la canción No puedo vivir sin ti al mismo momento que desplegaban una pancarta gigante entre luces de bengalas con un lema que les acompaña siempre La única forma de multiplicar la felicidad es compartirla.
Un día plagado de detalles y emociones pensadas con el corazón que la fotógrafa Graciela Vilagudín, autora también de la boda de minimal de Tania y Bruno en A Coruña y de Alba y Toni en una nave abandonada, inmortalizó en las fotografías que hoy disfrutas en primicia en el blog.
en La Fábrica de la imagen?