El destino y una buena amiga fueron los encargados de que nuestra pareja de hoy, Irene y Jorge, pusiera una línea más a su historia de amor con una singular pedida de mano en Marrakech y una auténtica boda heartmade en mitad de un bosque gallego. Un enlace lleno de estilo que no hemos podido evitar contarte a ti, una enamorada de las bodas bonitas.
Para su gran día Irene confió en Charo Azcona, a quién conoce desde pequeña y de la que siempre supo que acabaría confeccionando su vestido de novia, un diseño de cuello cerrado en manga larga y escote con lazo en la espalda que combinaba diferentes encajes franceses en la parte superior y crepe de seda en la falda.
Un recogido trenzado con tocado floral de Masario, unos zapatos azules de Lodi y unos pendientes que han llevado todas las mujeres de la familia desde la boda de su abuela fueron los complementos que la acompañaron en su look.
En sus manos, un bonito ramo de La Florería Coruña de rosas de Colombia y hojas de olivo con una cinta de terciopelo a juego con los zapatos
Después de una emotiva ceremonia en la iglesia de Santa Eulalia de Lians situada en medio de un bosque, novios e invitados se dirigieron la casa solariega de estilo barroco, del Pazo de Cela para celebrar el bonito día en el que les acompañó un sol radiante.
El pazo lucía esplendido en tonos azules y blancos bajo la temática viajera que habían escogido los novios como hilo conductor del enlace.
Una decoración cuidada con unas preciosas hortensias de la que se encargaron la madre, la suegra y las hermanas de Irene junto con la organización de Magnolia Concept, hicieron las delicias de todos los asistentes.
Además, fue la propia novia bajo su propia marca de lettering e ilustración, En tintero de Irene, la encargada de diseñar las invitaciones de boda, las tarjetas de agradecimiento y los meseros recreando cada una de las ciudades con un significado especial en su historia como pareja.
Después de un cocktail al aire libre, en el que no faltaron cubretacones para las invitadas y un banquete de lo más animado en el que los invitados les recibieron con una lluvia de aviones de papel, llegó el momento del baile nupcial bajo el son de “No puedo vivir sin ti” de Los Ronaldos. Ese fue el momento en el que Irene aprovechó para lucir un nuevo diseño de Charo Azcona compuesto por tiras bordadas y plumetti.
Momentos de diversión y risas aseguradas bajo el son del DJ Version84 en el que no faltaron bailarinas de Enrollabes en cobre y plata para el descanso de las invitadas y un photocall a modo de postal con sombreros de todas las partes del mundo.
Imágenes para el recuerdo que el equipo de Dosmasenlamesa transformó en las bellas instantáneas de las que disfrutas en primicia en A todo Confetti y que sabemos que no te dejarán indiferente. ¡Son todas de WOW!
¿Y a ti que te ha parecido esta
boda viajera en azul y blanco?