La preciosa isla de Mallorca fue el lugar escogido por Edu y Alba para celebrar su auténtica boda heartmade con ese toque minimalista que tanto les gusta.
Mientras que el novio se preparaba en el Hotel Fonsanta, la novia junto a sus padres y sus amigas más allegadas disfrutaban de los momentos previos en la misma casa donde se celebraría la ceremonia: Neuendorf House, una joya arquitectónica del año del 80 situada en Santayí.
Para su gran día la novia eligió un vestido de Katarina Grey con apliques dorados en mangas y hombros y una espectacular capa a modo de velo. Unos zapatos de Jimmy Choo, pendientes de Yves Saint Laurent y una coleta hicieron el resto.
‘La ceremonia, por lo civil, fue oficiada por dos grandes amigos de la pareja, quienes con un toque de humor hicieron algo muy cercano y ameno. El espacio donde ésta se llevó a cabo era entre las mágicas encinas situadas en el jardín, y fue decorado con dos nubes en forma de semicircunferencia de paniculata tintada con tonos rosados/grisáceos situadas en el suelo y acogiendo a la pareja. Los invitados se sentaron en taburetes de madera y cuerdas naturales. En acompañamiento musical lo llevó a cabo Carmen, con su voz y guitarra
Todos los elementos decorativos se trabajaron para seguir el carácter de la casa, con tanta sobriedad y envuelta de elementos naturales. Diseñamos jarras, jarrones y vajilla que nos hicieron a mano artesanos de la isla con barro, confeccionamos mantelería para la ocasión, elaboramos platos a mano con el nombre de cada uno de los invitados, usamos macetas gigantes de cerámica a modo de botelleros y cestas naturales. Usamos solamente flores y ramas secas monocromáticas para adornar la mesa. También otros detalles decorativos como las invitaciones y sitting plan se hicieron sobre tela de algodón orgánico, lo cual hablaba de la novia, profesional del sector de la moda’, nos cuentan desde Brunette Caravan, quienes se encargaron de la organización, diseño y decoración de la boda.
Para la gastronomía siguieron en la misma línea y ofrecieron producto local y de mercado al mando de María Solivellas, chef de Ca na Toneta, quién deleitó con un largo aperitivo en la zona de la piscina y un plato estrella con toques mediterráneos: caldereta de langosta.
La cena se convirtió en una gran fiesta bajo las estrellas y envueltos por proyecciones galácticas diseñadas para la ocasión y que Foteyne & co fue inmortalizó a la perfección.