Una boda con gente que quieres, que sea fiel a tus principios y creencias y dónde la gente se lo pase bien, así fue la auténtica boda heartmade de Aida y Enol. Una fiesta del amor bajo el cielo de Asturias que hoy disfrutas en primicia que estamos convencidas que te disparará directamente al corazón.
El Palacio de Agüera en Grado fue el enclave perfecto para dar rienda suelta a todo lo que esta pareja llevaba en la cabeza y que gracias al equipo de Con tacones y de boda y otros muchos profesionales y amigos se convirtió en una maravillosa realidad.
Una celebración con clara conciencia ecológica debido a que Aida es vegana y Enol vegetariano donde los menús de A Mesa Puesta y los postres de Cake Diem estaban diseñados con mucho cariño. Una apuesta arriesgada pero triunfadora en la que todos los invitados pudieron probar y experimentar las exquisiteces de esta opción culinaria y de conciencia.
Para su gran día Aida confió en Flor Fuertes, quien diseñó para ella tanto la bata para los preparativos regalo de su hermana como su vestido de novia, una creación de líneas rectas con perfilado de terciopelo granate que le sentaba como un guante. Una decisión muy acertada que tuvo clara desde el primer momento tal y como nos cuenta “Yo no me veía con el clásico vestido de novia, solo había visto un par de trabajos de Flor pero había algo en ellos que sabía que era lo que buscaba. En la primera reunión le conté mis ideas y la verdad que supo entenderme a la perfección, conectamos completamente. Cuando en la segunda reunión vi el boceto tuve claro que ese iba a ser mi vestido y la verdad es que casi no hubo cambios desde ese primer dibujo al vestido final”
A sus pies, unos Just Ene realizados a medida en materiales veganos, un ramo de aire silvestre como complemento y un look beauty con moño messy incluido que corrió a cargo de María Bernabeu y el equipo de Barbareando.
El traje que llevó Enol llevaba la firma de Bernardo Oviedo. El novio es muy fan de las camisas de cuadros en su día a día así que ese estampado no pudo faltar en su look. Como complemento llevaba un reloj de bolsillo de plata con la maquinaria vista que le regaló Aida por sorpresa minutos antes de la ceremonia junto con el libro ‘A mar sabe el amor’ de Loveratory. Un detalle plagado de simbolismo por lo que significa para la pareja el mar, tanto que en su pedida se tatuaron un ancla en el dedo anular.
La ceremonia se celebró al aire libre en un valle impresionante en la que la decoración floral se fundía perfectamente con el espacio, un enclave de cuento en el que las emociones y los sentimientos se sentían en el ambiente. Después de dar el Sí, quiero llegó el momento de la celebración y para ello escogieron un banquete tipo cóctel de aire informal con puestos y show cookings bajo la banda sonora en directo del grupo folk La Noche más larga.
De este modo, en un maravilloso ambiente de fiesta con los invitados implicadísimos, la decoración con elementos de terciopelo y mantelerías pintadas brillaban de una forma especial. Además, con la elección de una nariz de payaso de la fundación Theodora como detalle para los invitados aún se consiguió mucho más juego junto con la barra libre de tattoos, la candy bar y la música de Nachete Dj .
Así es como esta fiesta cuidada y pensada se convirtió en todo un fiestón cuya labor de inmortalizar cada detalle corrió a cargo de la fotógrafa Cristina Cañibano y el equipo videográfico de Luz Norte Studio. Imágenes repletas de calidez y una emoción que parece magia para un día muy especial, tal y como cuenta Aida “La verdad es que estamos muy contentos porque creo que acertamos en todas las decisiones y es porque las tomamos con el corazón.”
¿Qué os ha parecido esta
boda vegetariana en Asturias?
