Cristina y Javier, boda madrileña en primavera

Hoy, como todos los jueves, volvemos a la carga con nuestras bodas reales que tanto sabemos que os gustan y a decir verdad, a nosotras también. 🙂
Esta vez los protagonistas son Cristina y Javier quienes se dieron el Sí, quiero en la Parroquia Santa María de Majadahonda, un lugar que ha formado parte de su vida durante muchos años y que ese día fue el testigo de su unión.

Del brazo de su abuelo nonagenario Cristina se dirigió hacia el altar vestida con un delicado vestido de Isabel Núñez de cuello cerrado y mangas de plumeti, con el que consiguió el toque de color con zapatos color rojo y prendido de flores naturales de Cucullia junto a un bouquet silvestre de Brumalis regalo de una íntima amiga, que resultó ser uno de los protagonistas del día ya que la novia lo olvidó en casa y la ceremonia tuvo que retrasarse hasta que llegó el hermano de la protagonista con el preciado ramo. 🙂

El novio lució impecable con un conjunto de Sastrería y camisería 91 y corbata verde musgo, emocionado durante toda la ceremonia que estuvo acompañada musicalemnte por el coro de alumnos de secundaria y coro de padres del colegio Jesús Maestro.

Tras la emotiva ceremonia llegó el momento de trasladarse a la Finca Najaraya para celebrar el banquete un lugar que aportó el ambiente rústico que andaban buscando los novios y que se celebró con un cóctel sin mesas asignadas servido por Aga catering que hizo las delicias de los invitados.

De la decoración florar tanto de la iglesia como del banquete se encargó la Floristería Rojomenta, de la que destacan en sus creaciones los centros de mesa que confeccionó, unos kokedamas (planta ornamental elaborada con una bola de musgo mediante una técnica japonesa). Ya sabéis que nos encanta que los novios arriesguen en la decoración florar de su boda y el arte floral japonés es una opción muy delicada y elegante.

Un día estupendo de una primavera madrileña fue el telón de fondo de una boda romántica entre sus seres más queridos inmortalizada por Volvoreta Bodas, que para rematar tuvo un invitado de excepción, el arco iris. ¿Qué mejor decorado que ese para un día inolvidable?