‘Cada novia tiene sus prioridades. En mi caso soy psicóloga y lo más importante era compartir tiempo de calidad, conectando con cada uno de los invitados de manera personal, que fuera una boda que nos representara “muy nosotros”, evitando estereotipos y protocolos de boda, invitando a la naturalidad. Las emociones estuvieron muy presentes, lloramos y nos reímos sin parar, y por supuesto los invitados también. Todos soltaron lágrimas.’
Marta y Juan llevan 10 años juntos, 5 de ellos viviendo en Miami y tenían claro que querían celebrar su auténtica boda heartmade con los suyos de una manera relajada, natural, sin protocolos y con todo lo que les hacía ilusión y conectaba emocionalmente con ellos.
Buscaban una ermita pequeña y blanca en Asturias, ya que tanto los abuelos de Juan como la abuela de Marta veraneaban en Asturias, y allí encontraron la ermita La Regalina, una pequeña maravilla del mundo en medio de un acantilado.
Para el vestido de novia, Marta tenía muy claro que quería un 3 piezas para poder usarlo en otras ocasiones, incluso con un vaquero. Confió en Navascués que con tan sólo dos semanas, y a distancia, consiguieron crear un diseño en lino de seda desflecado con una falda irregular tal y como la novia siempre había soñado. Para complementarlo, un sombrero de paja de color gris de Alexia Álvarez de Toledo, unas cuñas de esparto hechas en Sevilla, donde la novia tiene parte de raíces, y unos maxi pendientes de margaritas. ‘Quería unos pendientes muy personales que no fueran joyas sino algo mas fresco y natural. Fui a Dos Primeras, y desprenden una energía tan especial que pensé “tengo que llevarlas conmigo el día de mi boda”’.
Llegó en moto junto a su hermano, y justo en frente de la ermita le esperaba Max, un perro precioso, para acompañarla durante el camino hacia el altar del brazo de su padre.
Durante la ceremonia sonaron canciones del coro del colegio de la novia, Mater Salvatoris. Y uno de los momento más mágicos fue en el intercambio de anillos Marta lucía un smile en la manicura para ‘recordar lo importante que es sonreír y sacar lo mejor de tu pareja’.
Mas tarde, novios e invitados se trasladaron a La reserva de los campos. Allí tuvieron la suerte de ser los primeros en inaugurar la finca y degustaron las delicias del catering Camino de rosas. Los meseros eran nombres de estadios de fútbol y estaciones de esquí, ya que el novió jugó en el Real Madrid y la novia ha competido en esquí alpino.
Como regalo para los testigos, unos gemelos de pelotas de fútbol, y para ellas, unos pendientes personalizados. Además, dedicaron una carta personalizada a cada uno de los invitados explicando ‘lo que cada uno de ellos significaba en nuestra vida y lo que habíamos aprendido de ellos’.
El equipo de m2 visual se encargó de inmortalizar en fotos cada uno de los momentos y Álex Fernández hizo lo propio con el vídeo. Un día magnífico que todos disfrutaron muchísimo y donde hubo hasta fuegos artificiales para sorpresa de los novios.
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