Nos hace especial ilusión saber que este pequeño universo bridal que creamos con mucho mimo y esfuerzo en 2011 traspasa fronteras y cruza océanos para inspirar a novias de todas las partes del mundo y hacer de ese gran día su auténtica boda heartmade.
‘Nos casamos el 9 de Noviembre en una Estancia en las afueras de la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Siempre supimos que queríamos dar el “Si, quiero” en un lugar campestre en donde la naturaleza fuera la protagonista. Ambos nos sentimos cómodos fuera de las formalidades, buscábamos algo sencillo y queríamos una celebración intima, con las personas más cercanas y más importantes para nosotros.’ Nos cuenta Lucrecia con mucha ilusión.
‘Los preparativos fueron en la casona del casco donde nos hospedamos las dos familias. Para esa ocasión me puse un pijama antiguo de seda natural de mi bisabuela que encontré la noche anterior revolviendo antigüedades familiares.’
Para su gran día Lucrecia lo tenía muy claro y diseñó su propio vestido de novia. ‘Soy diseñadora de vestidos de novia en Argentina así que fue todo un desafío. En cuanto supe que iba a casarme viajé a España a comprar todo lo necesario para mi vestido y los complementos. Fiel a mi estilo opte por un look de lineas simples y desenfadadas utilizando un género bien rústico pero a la vez no quería perder la elegancia.
Para completar el estilismo y romper con el aire campestre eligió un casquete metálico XL de M de Paulet que fue un flechazo ‘Fue lo primero que compré, incluso antes que los tejidos del vestido’, unas sandalias de Eien y un ramo que esa misma mañana creó junto a su cuñada recolectando flores silvestres del lugar. ‘Nada más lindo que llevar algo hecho con tanto amor por ella’
Juan por su parte se decantó con un traje de Ralph Laurent y corbata estampado liberty.
‘Decidimos hacer la ceremonia al aire libre a los pies de la pequeña capilla de la Estancia. Fue lo que más me enamoró cuando elegimos ese lugar para la boda pues cumplía con ideas que siempre me había imaginado. Desde chica tuve en claro que no quería casarme puertas adentro y en una iglesia demasiado grande. Mi idea siempre fue un lugar donde pudiera llegar caminando.
Entré con la canción Can’t help falling in love de Elvis Presley que tocó un trío de cuerdas. La caminata junto a mi padre entre el parque y arboleda fue inolvidable’
Sin mesas asignadas y con un menú buffet con córners de especialidades mexicanas, fiambres, woks y el infalible asado, los invitados pudieron disfrutar de una celebración al aire libre y sin protocolo y con una fiesta en el picadero decorado con un techo de luces y vegetación en la que no faltó máscara glitters y gorras personalizadas para cada uno de los invitados.
Un magnífico día que el fotógrafo Eze Rohr inmortalizó a la perfección para disfrutarlas en primicia en el blog