Raquel y Juan, boda con toques medievales


Como todos los jueves volvemos a traer una boda real de las buenas que nos hace especial ilusión puesto que se trata de una lectora habitual de nuestro blog y nos ha encantado que decidiera compartir su boda con nosotras, muchas gracias por estar ahí 🙂

Tradición, majestuosidad y elegancia son algunas de las palabras que nos vienen a la cabeza a la hora de describiros la boda salmantina de Raquel y Juan en Ciudad Rodrigo, una boda que ya apuntaba maneras desde sus inicios con una pedida de mano muy romántica en plena Plaza Mayor de Salamanca, con un anillo diseñado por el propio novio con una enorme piedra australiana prominente, que desde este mismo momento hace que su señor marido entre en el top ten de novios ideales.

La ceremonia, que tuvo como banda sonora la misa de Sancti Spíritus (un guiño al origen de la novia) tuvo lugar en la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo, un espacio monumental decorado con esferas de margaritas y paniculata que recibió en primer lugar un novio impecable. Juan lucía un total look de Scalpers, corbata con un original diseño y gemelos de oro blanco en forma de botón cosidos con hilo de oro amarillo.
Un poco más tarde llegó a la catedral una novia imponente, con vestido de Rosa Clará de corte princesa de falda y mangas de tul adornado por un cinturón de plata y cristales de swarovski junto con un elegante boquet de peonías blancas.

Como complementos, Raquel llevó unos preciosos Jimmy Choo y una corona joya con perlas de Suma Cruz para dar un guiño medieval al look, que lleva engastado un broche rescatado de un mercado londinense que nos ha dejado realmente maravilladas y que encaja perfectamente con el peinado desestructurado que realizaron en la peluquería Bernardos.

Tras la ceremonia se dirigieron al Palacio gótico de Montarco, en pleno casco histórico donde tuvo lugar el banquete, un espacio decorado entorno a varios elementos que impregnaron muchos de los detalles de la boda: el estilo medieval, un guiño a las respectivas tierras de los novios, Salamanca y Asturias y a la profesión de ambos: la farmacia.

En un jardín renacentista decorado con flores silvestres, lavanda y enormes cestas de mimbre llenas de retama con música en directo destacaba un bodegón de quesos asturianos, acompañado de una antigua caja de madera de sidra. Gran elección la de los meseros confeccionados con ilustraciones de antiguos medicamentos. 
Tras el banquete servido por Decuatro Catering y una vez repartidos los detalles entre los invitados, que consistían en el regalo azul de Unicef (10 vacunas contra el sarampión para niños en países subdesarrollados) llegó el momento abrir el baile.
En un claustro únicamente iluminado por miles de velas y rodeados de sus seres queridos apareció un momento mágico:
A Juan no le gusta nada bailar, temíamos ese momento, pero puedo deciros que sentimos que se paró el tiempo, fue como si estuviéramos los dos solos, fue increíble!! Para abrir el baile elegimos la canción “Stand by me”. Lo estoy escribiendo y me estoy emocionando…


A partir de ese momento la fiesta prosiguió en un ambiente discotequero con bolas de luz y haces de humo, candy bar, min hambuguesas, fotomatón, rincón del vicio con cigarrillos y habanos y un botiquín para pies cansados con bailarinas incluidas pusieron el broche final a una boda increíble que tuvo unos fotógrafos de altura para inmortalizarlas como son Momenta Bodas.






¿No os parece una boda “monumental”?

Besos de confetti* 
                       
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3 comentarios de “Raquel y Juan, boda con toques medievales

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