Las bodas cambian, los vestidos de novia también. En tiempos del coronavirus muchas novias han decidido cambiar de planes y aplazar su boda para cuando las cosas mejoren. Otras en cambio, han decidido celebrar su gran día en petit comité y con todas las medidas de seguridad de las bodas de nueva normalidad establecidas y dejar para más adelante una gran fiesta del amor.
Las firmas de moda, atentas a estos cambios, se han puesto manos a la obra para intentar ofrecer soluciones a estas novias que quieren apostar por la sencillez y la elegancia sin tener que pasar por un atelier de confección a medida. Así, la firma francesa Sézane ha lanzado una colección prêt-à-porter con toques románticos, minimalistas y ese savoir faire propio del país vecino.
A parte de los tejidos como el satén, la gasa, el lino o la organza, los encajes y bordados representan el sello de la colección. La fundadora de la firma parisina Morgane Sézalory cuenta que su equipo tomó la inspiración de los tejidos tradicionales franceses, elaborados de manera artesanal y certificados por OEKO-TEX, para confeccionar vestidos largos o midi con volúmenes en las mangas, espaldas y escotes románticos, faldas de tul, cuerpos de encaje, jerseys y rebecas de mohair e incluso trajes chaquetas para las novias menos convencionales.
En cuanto a colores, el crudo, el marfil y el dorado toman el protagonismo en zapatos para novias y combinan a la perfección con la colección de maxi pendientes y brazaletes dorados para crear un estilismo de boda completo. Y por primera vez en su historia, la marca francesa Sézane ha decidido apostar por la fabricación sostenible de anillos de boda y de compromiso en oro reciclado de 9 quilates y diamantes sintéticos diseñados en laboratorio que bien merecen mención a parte.