La boda íntima de Sandra y Luis en Madrid

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Vimos unas pinceladas de esta boda a través de Celia Cuervo, redactora jefe de Harper’s Bazaar, y no nos pudimos resistir a publicarla. Una boda íntima en tiempos de coronavirus y no por ello, menos especial como nos contaba la misma novia. ‘Luis y yo nos conocimos en una boda en Toledo, él de invitado y yo trabajando como fotógrafa hace tres años. Es muy curioso, pero hasta tenemos una foto de ese primer día que nos “robó” mi compañera Almu mientras hablábamos por primera vez. Dos años después de conocernos, empezamos a preparar nuestra boda para octubre de 2020. El plan inicial, como les ha pasado a muchísimas parejas este año, era bien distitnto al que al final fue. Desde el primer momento quisimos mantenernos optimistas y seguir adelante con la boda en octubre de 2020, pero en verano, viendo cómo evolucionaba todo, decidimos dejar la celebración “a lo grande” para el año que viene. Aún así, queríamos casarnos este año, nos hacía muchísima ilusión y como los dos somos muy familiares, nos gustó mucho la idea de celebrar la boda en pequeñito, con nuestros padres, hermanos y abuelos. Y así lo hicimos.
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Cuando cambiamos el tipo de celebración, decidí dejar el vestido de novia que me estaba haciendo con Marcela Mansergas para el año que viene. Para la mini boda quería algo con lo que estuviese cómoda y tras una búsqueda intensiva en Internet, encontré un vestido de Rotate que me encantó. Las sandalias que llevé son las de Jimmy Choo que me había comprado para el otro vestido, pero me pareció que encajaban y quise estrenarlas este año. Para el maquillaje conté con Maribel Torres, la conozco desde hace muchísimo tiempo y aunque no hicimos prueba, tenía confianza total en ella. Quería un maquillaje muy natural y supo captar perfectamente lo que tenía en mente. El pelo me lo hice yo misma.
Llevé los pendientes de helechos de Suma Cruz, que siempre me habían encantado y me los regalaron mis suegros para la boda. En vista de que el frío iba y venía durante las semanas de antes, añadí a mi look una rebeca de & other stories que encontró mi madre unos días antes de la boda.
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El ramo me lo regalaron mis amigas Celia y Blanca, que lo diseñaron junto a las chicas de Botanyco la misma mañana de la boda. Mi hermana y yo, que somos ceramistas y tenemos una tienda online Kuus.es decidimos añadir al ramo un detalle muy especial en recuerdo de mi abuela María que falleció hace poco más de un año. Hicimos una pieza de cerámica con una M para que nuestra abuela materna estuviera presente de alguna manera, ya que estoy segura de que es a la persona que más ilusión le habría hecho nuestra boda.
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Al cambiar el formato de la boda, decidimos casarnos en la Iglesia de San Carlos Borromeo, al lado de casa de mis suegros, donde luego hicimos la pequeña celebración. Nos casó Tin, el hermano de Luis. Nos hacía muchísima ilusión que nos casara él, no solo porque sea su hermano, también porque él ofició la boda en la que nos conocimos. Aunque éramos muy poquitos en la Iglesia, nos sentimos muy arropados y fue una ceremonia preciosa. De las flores de la Iglesia se encargó María Coullaut. Los platitos de los anillos y las arras fueron también de la marca que tenemos mi hermana y yo. Las arras que utilizamos son las que usaron mis abuelos paternos en su boda, nos encantaba que todo fuese tan familiar.
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Soy una enamorada de las bodas y me hacía mucha ilusión prepararlo todo, el catering se lo encargamos a VE-GA. Durante toda la semana llovió muchísimo, incluso el día de antes, mientras preparábamos las flores y la deco, no paró de llover. Justo el día de la boda salió el sol y pudimos celebrarlo en el jardín de mis suegros como teníamos pensado.
Como regalo para los invitados, dimos una macetita de Kuus personalizadas, hechas por nosotras y con un cactus -a Luis y a mí nos encantan las plantas-
De las fotos se encargó Ana Encabo, y la elegiríamos mil veces sin pensarlo. De todos los proveedores, la fotografía era casi el más importante, sobre todo para mí.
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A pesar de que no pudo ser la boda que habíamos planeado, fue un día genial. Pudimos celebrarlo con nuestros padres, hermanos y abuelos y creemos que todos lo disfrutaron mucho también, sobre todo nuestras abuelas. Estábamos muy tranquilos y relajados disfrutando del día en familia. Obviamente nos faltó muchísima gente, pero ya tendremos tiempo de celebrar en octubre de 2021 con todos ellos.’
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