La boda de Lara y Gonzalo en su finca familiar

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‘Gonzalo, era y es el mejor amigo de mi hermana Vega. Vivimos en la misma urbanización y ha estado en mi casa desde que tengo uso de razón. Hubo unas navidades en las que Gonzalo acababa de llegar de vivir unos meses en Brasil y pasó todas las vacaciones en casa. El primer día que aterrizó hicimos la famosa cena de navidad de pandillas en las que nos juntamos a cenar en el club social de nuestra urbanización por generaciones y acabamos en la discoteca todos juntos. Desde ese día hasta hoy, a pesar de nadie apostaba por nosotros, no nos hemos vuelto a separar.’ así es cómo Lara nos empezaba a contar su gran historia de amor que culminó en un gran fiesta del amor en Simancas, el pueblo que les ha visto crecer.

Para su gran día Lara confió el diseño de su vestido de novia en su mejor amiga y alma mater de Larriba Atelier. ‘Yo me considero una persona con un estilo particular y tenía muy claro que no quería un disfraz. Quería un vestido original pero que fuera natural, que todo el mundo dijera, ¡es muy Lara! Y lo consiguió.

La forma de mis hombros fue algo que nos gustó y queríamos resaltar. Así que teniendo claro el escote, le pedí que fuera de una tela rústica. El resto de detalles, se los dejé a ella, que pensó que un nido de abeja en la manga le daría un toque dulce y aniñado -soy la sexta de seis hermanos y siempre he sido “el bebé- que encajaba a la perfección’

Tras dar muchas vueltas finalmente optó por un velo anudado al cuello con una gargantilla que estaba sujeta con la alianza de su padre. ‘Quise llevar algo de él, y aunque inicialmente la idea era llevarla colgada en una cadena, terminó siendo la pieza fundamental del velo’

Para completar el look eligió dos zapatos de color coral de Mint&Rose, unas sandalias para el cóctel y unas alpargatas para el momento de la fiesta. El look beauty en tonos tierra muy natural y pelo suelto con ondas rotas fue obra de Amai. Y como joyas lució el anillo de pedida de oro blanco con una aguamarina y los pendientes de su amiga Tori hechos con unas joyas de su abuela siguiendo la tradición de llevar ‘algo prestado’.

Gonzalo por su parte eligió un traje de Hugo Boss con una corbata de Lester.

La ceremonia religiosa tuvo lugar en la Iglesia El Salvador en Simancas. ‘Los dos habíamos hecho la comunión y la confirmación y teníamos cierto vínculo emocional con esa parroquia. Entré acompañada de mi hermano Josete porque mi padre falleció el año pasado. Fue un padrino suplente estupendo’.

El banquete fue en la finca ‘El caserío’ regentada por la familia de la novia, todo perfectamente organizado y decorado a base de cortaderas y mucho estilo por nuestras queridas Petite Mafalda. Una celebración tipo cóctel dentro de la plaza de toros con zonas para sentarse libremente. ‘Gonzalo y yo somos de disfrutar, nos encantan los planes de día y quisimos que nuestra boda fuera un fiestón desde el principio.’ Y con el grupo de flamenco Mandala amenizando la fiesta lo tuvieron fácil.

Un gran día que el equipo de Momenta Bodas lo inmortalizó para no perder detalle.

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