Fue en el jardín del enclave familiar dónde tuvo lugar la ceremonia bajo una pérgola vestida con delicadas telas para luego dar paso al convite junto la piscina en la que destacaba una composición de mesas con manteles floreados y esferas de luz. Un coqueto espacio ideado por la novia en la que los invitados pudieron degustar un menú confeccionado por el catering de La Manzana de Adán.
Para su gran día, Rocío escogió vestido con cuerpo de chantilly y escote corazón confeccionado por una modista local inspirado en un modelo de Laure de Sagazan completado con acierto por un tocado floral de Laura Olea y un delicado bouquet en tonos rosados.
Juan Diego por su parte optó por incluir el original estampado tartán en su chaleco, pajarita y pañuelo para poner así un toque de color a la celebración.
Un soleado día en la huerta malagueña del que el fotógrafo José Bernal supo captar la emoción y la luz en cuidadas instantáneas, reflejo del buen ojo del artista que hoy tenemos el placer de poder compartir con todos vosotros en el blog, ¡cómo nos gustan las bodas que derrochan encanto!
boda malagueña en un jardín familiar?
Preciosa!!!!! ???? sin palabras
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